HUMILDAD
Entendemos por humildad a aquella cualidad del ser humano
mediante la cual la persona es modesta y no se preocupa por sí misma si
no por los demás, por los que lo rodean. Una persona humilde no es una
persona egocéntrica si no que minimiza sus logros para no centrarse en
ellos y perder la objetividad en su accionar diario. La humildad es una
de las cualidades más difíciles de encontrar hoy en día debido a que el
mundo actual nos enseña a actuar de manera individualista o egocéntrica por lo cual las personas humildes siempre resaltan en la multitud.
La humildad es considerada una cualidad importantísima para la
convivencia en comunidad. También es de gran importancia en muchas de
las religiones en las cuales el amor y la dedicación continua por el
prójimo es la base de toda la doctrina. La humildad es una actitud que
distingue a la persona por su dedicación y su servicio hacia los demás
en lugar de centrar su actividad y su pensamiento sobre si mismo, lo que
sería un acto de narcisismo.
Las críticas que se le pueden hacer a la humildad provienen más que nada desde el punto de vista
del liderazgo. En este sentido se puede decir que una persona humilde a
veces encuentra dificultades para establecerse como líder, para
sobreponerse a los demás y para tomar decisiones de manera segura y
directa. Es por esto que la humildad puede ser de hecho vista como un
problema a la hora de definir roles laborales de jerarquía, aunque esto
no es excluyente.
La humildad sin embargo es un elemento muy valorado en términos
sociales ya que en muchos sentidos una persona humilde puede establecer
lazos más pacíficos y estables con otros en comparación con personas que
tienen un carácter o personalidad más dominantes.
La humildad es la característica que define a una persona modesta,
alguien que no se cree mejor o más importante que los demás en ningún
aspecto. Es la ausencia de soberbia.. La humildad es la piedra
fundamental en el desarrollo del carácter. Sin ella, todos los otros
rasgos, por más espirituales que parezcan, serán enormemente
defectuosos. Este valor se funda en dos cosas: en la verdad y en la
justicia. La verdad por la que nos conocemos como somos; la justicia,
que nos inclina a tratarnos según ese conocimiento. La humildad es como
la luz al final del túnel, en medio del túnel puedo mirar atrás y
retroceder en la oscuridad para perderme en mi soberbia, en cambio si
miro adelante, veré que al fondo brilla la esperanza de poder reconocer
que he fallado y que pondré los medios para corregir mis errores,
empezar de nuevo, y transmitir esa actitud de amor en la vida.
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